Ladridos de auxilio en la CBA y un alcalde inculto sin apoyo ciudadano

Por Aldo Romero
Para nada es sorpresa, ya se venía anunciando. Eran múltiples los señalamientos sobre las anomalías que existen al interior de la Coordinación de Bienestar Animal (CBA), hasta que por fin estalló el cochinero que acumuló la abogada, que ahora ya cobra como jueza, mientras fungió como directora de dicha institución pública.
Stefany Pérez Bustamante no logró impulsar una auténtica política de bienestar animal y optó por vender la causa, usando a la CBA para tejer todo un entramado de contubernio y simulación.
Construyó algo que denominó “Redes de Apoyo Mutuo”, que no eran más que organizaciones y rescatistas afines a ella, a los que privilegiaba con alimentos y otros apoyos, excluyendo, con total intención, a rescatistas, activistas y organizaciones independientes que no formaban parte de su club de paleros. Por cierto, incurrió en un conflicto de interés, porque dentro de los beneficiarios había empleados de la misma CBA.
No solo eso, la hoy jueza podría estar involucrada en una grave falta a la ley, pues permitió la contratación de supuesto personal médico veterinario que no contaba con cédula profesional para ejercer. Así es, en la CBA había personal que usurpó funciones.
Lo anterior derivó en casos de maltrato animal que deben ser investigados, pues varias mascotas que fueron atendidas por esos falsos médicos terminaron perdiendo la vida.
Todo ese cochinero quedó exhibido con la llegada de Lesdy Liliana Chávez Cota al frente de la CBA, quien inició una purga de personal. No con el objetivo de limpiar el desaseo de Pérez Bustamante, sino con la intención de colocar a su gente… lo clásico en una dependencia gubernamental.
Tal acción provocó que la mentada “Redes de Apoyo Mutuo” y el dudoso personal veterinario iniciaran una especie de movilización, denunciando despidos injustificados y explotación laboral, supuestamente ejercidos por Chávez Cota.
Pero la realidad es otra, esa movilización se generó porque ambos grupos heredados por Pérez Bustamante vieron trastocados sus intereses al interior de la CBA, y aprovecharon el legítimo malestar que existe por la llegada de una inexperta en el tema como Chávez Cota para potenciar su narrativa victimista.
Si bien es cierto que el futuro de la CBA es incierto con la nueva titular, no debemos dejarnos engañar por esa movilización, en la cual hay intereses perversos del gremio de médicos veterinarios, que ya han dado muestras de que lo suyo no es precisamente el bienestar animal.
Lo que ocurre en Bienestar Animal es la consecuencia de usar una dependencia que surge de la lucha social como un comodín político. Es la muestra clara del gran fracaso del gobierno lorenista en la materia.
El “Delfín” quedó desprotegido
Los resultados correspondientes al mes de agosto de la casa encuestadora Consulta Mitofsky, respecto al ranking de aprobación de gobernadores y alcaldes, arrojaron contrastes polémicos sobre la aprobación ciudadana de la que goza la mandataria tlaxcalteca, Lorena Cuéllar Cisneros, y su “Delfín”: el inculto en historia, Alfonso Sánchez García.
Mientras la referida casa encuestadora, que es de las favoritas del lorenismo, colocó a Cuéllar Cisneros en la posición número 10 de 32, con un porcentaje de aprobación del 51.8 por ciento, el polémico alcalde capitalino resultó reprobado, con un porcentaje que lo relega al lugar 72 de 125, con una aprobación de apenas 35.5 por ciento.
Asimismo, mientras Mitofsky hace destacar a Cuéllar como “la tercera mandataria mejor aprobada de la región centro del país”, al inculto Sánchez García lo deja mal parado como uno de los peores alcaldes de las 31 capitales, ocupando la penúltima posición.
Si es cierto que es su gallo para la gubernatura, como muchos se jactan en decir, Cuéllar le hubiera echado la manita, pagando de igual forma su evaluación con Mitofsky. ¿Por qué tiene que exhibir y abandonar de esa manera a su “Delfín”?